La magia de la página en blanco
Un lugar para comenzar de nuevo
Hay algo poderoso en una página vacía. No te pide nada, y lo permite todo.
En un mundo saturado de estímulos, tareas y pantallas, un cuaderno en blanco es un espacio de libertad. De pausa. De posibilidad. Es donde las ideas bajan a tierra, donde los pensamientos se ordenan y donde podemos escucharnos sin interferencias.
No hace falta ser escritora, artista o experta. Basta con tener ganas de mirar hacia adentro.
Escribe una nota y agradece por escrito para empezar tu día en paz.
Conéctate con otra persona, contigo misma, o con este día que empieza.
Cada mañana, anota tres intenciones.
No son objetivos productivos sino faros: "Hoy quiero respirar más hondo. Escuchar con atención. Soltar las prisas." Escribirlo te cambia el día.
Dibuja sin juicio.
Un trazo, un símbolo, un color. No se trata de hacerlo “bien”, sino de soltar el control y conectar con lo que emerge. Lo espontáneo siempre trae información.
Elige con intención el objeto con el que escribes. Pluma, bolígrafo o lápiz, cada uno con su propia voz y ritmo.
Un cuaderno en blanco no te juzga. No espera logros ni perfección. Solo abre un espacio. Un espacio para volver a empezar.
“If you can imagine it, you can do it.”
— Walt Disney