Micro pausas de 7 minutos
A veces basta con una pausa para volver con más fuerza
En medio del ruido, la urgencia y las tareas sin fin, parar unos minutos puede parecer un lujo. Pero no lo es. Es una decisión.
Las micro pausas son ese breve espacio en blanco que separa un antes y un después.
Solo siete minutos. Suficiente para cambiar tu ritmo, tu enfoque y tu energía.
Porque el cuerpo lo pide. Porque la mente se satura. Porque necesitas volver a ti.
Pausar no es detenerte. Es recordarte.
Al pausar…
Tu sistema nervioso se regula. Baja el cortisol, y sube la calma.
Tu mente se despeja. Vuelve el foco, la claridad, y mejor toma de decisiones.
Tu cuerpo se resetea. Estirar o cambiar de postura reactiva la circulación y la energía.
Tus emociones se ordenan. Dejas de reaccionar y empiezas a elegir.
Tu productividad mejora. Parar a tiempo es más eficiente que seguir cansada.
Haz una pausa cada vez que te sientas dispersa, cada 90 minutos de trabajo profundo, justo antes de tomar una decisión importante, después de una reunión o cuando pierdas el hilo. Puedes:
Respirar profundamente unas cuantas veces.
Leer una página del libro que tengas en curso.
Dejar un mensaje de voz a alguien que quieres.
Comer un bombón y saborearlo sin culpa ni prisa.
Sentarte al sol con los ojos cerrados.
Estirarte como un gato.
Cambiar de postura, o mejor, levantarte.
Ponerte crema en tus manos saboreando ese momento.
Prepararte un te.
Mirar por la ventana sin pensar en nada.
Abrir tu cuaderno de citas o ideas.
Hacer unas sentadillas mientras escuchas tu canción favorita.
Repetir un mantra: Yo soy.
Encender una vela.
Escribir unas líneas en tu diario.
Quedarte simplemente en silencio.
Mi favorita: hablarle mentalmente a tu yo de hace diez años.
Y escuchar qué te dice a ti hoy.
Pausa las veces que necesites. No te pongas metas. Pon conciencia.
Pausar siete minutos no te quita. Te da. Te devuelve a tu vida con más fuerza.
Haz espacio para volver. Volver a ti.